LUZ PRIMITIVA

Autor: Enrique Browne Año: 2012 Por siglos las velas alumbraron la vida cotidiana. Además, el fuego y la luz de las velas han tenido un significado religioso: ofrenda y ruego. Al aumentar drásticamente su escala adquieren nuevos y distintos significados, mientras da un vuelco desde lo objetual a lo espacial. Las velas se van consumiendo, registrando el paso del tiempo real. Del mismo modo, en el espacio se van generando cambiantes atmósferas según los días. Desde un ambiente laberíntico y cálido al inicio, a uno más agobiante y caluroso con el derretimiento de la cera. Luego una atmósfera más desolada y fría que termina cuando se consume la última mecha y termina la exposición. Algunos dirán que esta degradación real es semejante a como se consume la vida. La instalación será distinta día tras día, invitando a las personas a visitarla y revisitarla, diversificando sus experiencias e interpretaciones.